Viaje a la Isla de Los Demonios I y II
Muchos años después, de regreso a aquel magnifico promontorio, quedamos asombrados al contemplar como ahora, una especie de civilización desconocida había hecho de aquella fabulosa roca, su república. No había restos de vida, todo lo que quedaba eran simbolos, esculturas desafiantes, y vegetación, mucha vegetación. Llena de oquedades y pasadizos, nos descubrió en una de ellas, una especie de repositorio, y un legajo entre decenas por analizar, parecía hablar de cómo un pasadizo, aún secreto, comunicaba aquella isla perdida con algún punto de la costa. Dificil de imaginar sobre todo porque no hay nada en más de1000 millas a la redonda.
La roca tenía el capricho de desaparecer en el océano y volver a emerger, descubriendo al atónito marino un inesperado hogar, un magnifico lugar que sin duda en algún día lejano fué un auténtico paraiso, aunque su propia involución lo haya convertido en un espacio extraño, amenazador, indómito. Decidimos bautizarla como la Isla de los Demonios, a cada paso nos sobrecogía aún más.
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... documentos encontrados en el singular repositorio, descubrieron que lo que hoy se presentaba como una gran desolación, en otro tiempo estuvo poblado por todo tipo de fantasmas, en cuyo paisaje vida y muerte fueron una constante. Aquel legajo se rotulaba como Tribulaciones y Presagios, en él se detallaban todo tipo de crueldades, sometimientos, y demás penurias, de la raza que habitó estás tierras, y que un día desapareció sin dejar rastro alguno.
Recuerda, solo existe aquello que eres capaz de imaginar.
Con absoluta admiración a la obra del genial Jheronimus van Aken, familiarmente el Bosco.
Fotografías, edición y montaje Adolfo Morales (c) 2016